En los círculos editoriales fue bautizada como la Ley Combustóleo, en realidad el Congreso aprobó una reforma eléctrica, que también fue llamada por muchos, contrarreforma, incluso algunas organizaciones financieras como el Bank Of America, consideró que se trató de una expropiación indirecta.

Pero más allá de las percepciones, esta reforma da prioridad al despacho de energía generada por las centrales de la CFE, por encima de centrales de energía eólica, solar y de ciclo combinado de particulares.

El pasado 9 de marzo se publicaron en el Diario Oficial de la Federación las reformas a la Ley de la Industria Eléctrica, la cual fue aprobada por la Cámara de Diputados y Senadores y sancionada por el Ejecutivo Federal, que había propuesto su aprobación en la categoría de preferente.

Concretamente La Ley de la Industria Eléctrica, cambió entre los principales artículos el 3, fracciones V, XII y XIV; 4 fracciones I y VI; 12, fracción I, 26; 35, párrafo primero; 53; 101; 108, fracciones V y VI, y 126, fracción II; y adicionó la fracción XII Bis al artículo 3 de la Ley de la Industria Eléctrica.

Esencialmente estas reformas han determinado que la generación de energía de las centrales hidroeléctricas tendrá preferencia sobre las plantas de la Comisión Federal de Electricidad, sin embargo, como éstas son insuficientes para cubrir la demanda total de energía, las plantas de la paraestatal serán las primeras en cubrir esa carencia al suministrar energía en la red eléctrica.

La CFE ya no estará obligada a seguir el procedimiento de subastas y podrá optar por comprar la energía de cualquier planta, siempre y cuando siga las prioridades establecidas en la ley, (primero comprar a hidroeléctricas y luego a plantas de la Comisión).

Otro de los cambios se realizó a la emisión de Certificados de Energía Limpia (CEL), así como la revocación de permisos entregados bajo la ley anterior.

La entrega de CEL, antes de la reforma, era exclusiva para plantas de nueva generación eléctrica, con la intención de incentivar el flujo de nuevas inversiones en el sector para la producción de electricidad de manera sustentable.

No obstante, ahora las plantas viejas podrán acceder al certificado, mientras la revocación de permisos quedó a cargo de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), que podrá retirar las autorizaciones de plantas privadas de energía de manera discrecional.

Las primeras consecuencias de estos cambios ya se podrían manifestar en el precio al que se ofrece la energía en la red y, en el deterioro del medio ambiente, debido a que las plantas viejas consumen más combustóleo.

Las plantas de la CFE a las que se les ha dado preferencia en la generación y conexión a la red, son centrales que generan electricidad a partir de combustóleo y carbón, energías no renovables y contaminantes que además tienen mayores costos de generación.

Los afectados inmediatos han sido los inversionistas de parques eólicos o solares, quienes ya no gozarán de las preferencias que les otorgaba la ley anterior y podrían ver menos rentabilidad.  

Debido a ello es que las empresas extranjeras afectadas podrían acudir a mecanismos de solución de controversias dentro del T-MEC o con la Unión Europea, en busca de proteger sus inversiones frente a cambios unilaterales del gobierno sobre las reglas de operación de la industria, en caso de que no prosperen al menos 27 amparos en contra de la Ley.