La actividad industrial en México mostró una moderada recuperación en octubre, al registrar un crecimiento mensual de 0.7%, luego de varios meses de debilidad. Sin embargo, este avance aún no es suficiente para hablar de una recuperación sólida del sector, particularmente en un contexto marcado por presiones externas derivadas de la política arancelaria de Estados Unidos, que continúa influyendo en el desempeño de las manufacturas, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Para Gabriela Siller, directora de Análisis Económico en Grupo Financiero BASE, el dato refleja apenas un ligero rebote técnico, más que un cambio estructural en la tendencia de la actividad industrial. “La economía muestra señales de estabilización, pero la industria sigue prácticamente estancada, con un comportamiento cercano a una recesión”, advierte la analista.

El desempeño industrial reciente se explica, en gran medida, por la debilidad observada en meses previos. Durante agosto y septiembre, varios de los componentes del indicador industrial registraron caídas, lo que dejó una base baja para el crecimiento de octubre. A ello se suma el impacto de las medidas arancelarias impuestas por Estados Unidos, que han generado ajustes en los flujos comerciales y en las decisiones de producción de sectores clave orientados a la exportación.

En su comparación anual, la actividad industrial mostró una contracción de 0.7%, resultado de una caída de 1.4% en las industrias manufactureras, que durante años han sido el principal motor del crecimiento industrial del país. En el acumulado de los primeros diez meses del año, la producción industrial presenta una disminución de 1.7% respecto al mismo periodo de 2024, confirmando un entorno de bajo dinamismo.

Siller subraya que, al interior de las manufacturas, se observa una reconfiguración sectorial derivada del nuevo entorno comercial. Las industrias automotriz, del acero y del aluminio han resentido con mayor fuerza los efectos de los aranceles estadounidenses, lo que ha limitado su crecimiento y afectado el desempeño general del sector exportador.

No obstante, algunos segmentos muestran mayor resiliencia. De acuerdo con cifras del Banco de México, México concentró 39.8% de las exportaciones de vehículos y autopartes hacia Estados Unidos entre enero y agosto, lo que refleja la relevancia del país dentro de la cadena automotriz regional. Además, destaca el crecimiento de 83% en las exportaciones de equipos de cómputo, componentes y software hacia el mercado estadounidense, según el Departamento de Comercio de ese país.

El banco central atribuye este comportamiento a dos factores clave: el trato preferencial del T-MEC, que sigue ofreciendo certidumbre a las exportaciones mexicanas, y el incremento en la demanda de bienes vinculados con tecnologías de cómputo e inteligencia artificial, que ha impulsado a industrias específicas con mayor valor agregado.

Un cierre de año con señales mixtas

En el arranque del último trimestre de 2025, la producción industrial mostró una mejora marginal, aunque insuficiente para revertir los siete retrocesos no consecutivos registrados entre enero y octubre. Por sectores, la construcción destacó con un crecimiento mensual de 3.8%, reafirmando su papel como actividad con alto efecto multiplicador en la economía.

La minería también contribuyó al avance del indicador, con un crecimiento de 0.7% mensual, mientras que el sector de generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, junto con el suministro de agua y gas natural por ductos, reportó incrementos tanto mensuales como anuales, colocándose entre los segmentos más dinámicos.

En conjunto, los datos reflejan una industria que busca estabilizarse en un entorno complejo, donde la política comercial, la demanda externa y la reconfiguración de las cadenas productivas seguirán siendo factores determinantes para su desempeño en los próximos meses.


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